viernes, 26 de junio de 2009

Dejen en Paz a Michael Jackson, mi primer profe de inglés.

Su voz delicada y dulce y su cuerpo elástico, me atraparon hace muchos años, tal vez con algún gran éxito de los Jackson Five, "Of the Wall" o algún otro, no me voy a poner erudita porque no lo soy, jamás me dediqué a coleccionar Música ni a memorizar discografías, la disfruto, me enamora y como mucho, apilo mis grabaciones o me pego atracones musicales cada vez que tengo un rato.

Me viene esa afición porque a mi madre le encantaba preparar el desayuno con la radio puesta, canturreando musiquillas de moda, cosa que me pareció entretenida y poco gravosa. Algunos años después, ya fui consciente de que, el genio, me había subyugado: Billy Jean, Beat it, Thriller, The girl is mine, con el no suficientemente ponderado Paul McCartney... Me encerraba en mi cuarto, con los cascos puestos, el volumen a todo meter y las letras de sus canciones copiadas a mano, a ensayar su diabólica voz hasta caer rendida y ronca. Cuando la ocasión lo permitía ¡mis padres me dejaban quedarme sola en casa una tarde entera! el salón, transmutaba en escenario, frente al espejo, que era mi incondicional auditorio, micrófono en ristre (el cepillo del pelo), cantaba cada una de sus canciones hasta que decidía que jamás podría ser como él (ni siquiera como J. L. Perales) pero qué bien lo había pasado. A la par, decidí que aquellas músicas y aquellos vídeos musicales tan espectaculares, debían contar historias apasionantes que yo no entendía así que, fui mejorando mi colección de diccionarios inglés-castellano/castellano-inglés hasta que traduje cada verso y pronuncié cada sílaba y gemido.

No, no me convertí en una intérprete de la O.N.U. ni siquiera chapurreo el inglés con soltura, pero sí contentaba a mis profes y yo le cogí el gusto al idioma, aunque el idioma nunca hizo lo mismo por mi.

Leí sobre cómo su padre había abusado de él, leo y leeré tantos rumores, tantas noticias sin contrastar, ví su comportamiento enrarecerse hasta convertirle en un astro irreconocible y lejano, hasta el punto de que ahora, ni me molesto en creer o no creer lo genial o lo enfermo que ha llegado a ser.

No sé qué es verdad ni qué es mentira.

Sólo veo una víctima que tuvo una época feliz de su vida que quiso repetir y no pudo. Cuando cantaba con su madre y nadie le destrozaba el traje y arrancaba mechones de pelo al salir de un escenario. Una época en la que la prensa no sobrevolaba buscando la carroña que acabó proporcionandoles, ese tiempo fue la infancia.

Sólo veo un muchacho que creció en un mundo donde lo negro era miserable, complicado y feo y lo blanco, legal, sencillo y lustroso. Donde los hombres no podían llorar y las mujeres buscaban tu chequera. Ese país de Nunca Jamás que no ha encontrado, no existe si no lo inventas en tu mente y en tu corazón, a salvo de críticas, opiniones gratuitas o intereses creados.

Abusaron y dicen que abusó, lo explotaron y parece que explotó, pero yo me quedo con su voz cristalina, su baile como juncos que flexionan hasta el vértigo pero no se quiebran y ,ese sueño que no supo cumplir: vivir como un niño en un mundo de monstruos, porque ese fue su mundo.

Gracias por enseñarme inglés, Mr. Jackson.

Y ahora una petición. De verdad, déjenlo en paz.

Smooth Criminal


(Si queréis más sobre él... a navegar:

http://www.lacortedelreydelpop.com/
http://en.wikipedia.org/wiki/Michael_Jackson#Discography
Sus vídeos en Google
http://www.publico.es/ultimahora/234869/michael/jackson/sufre/ataque/corazon/segun/diversos/medios)

Sit tibi terra levis