viernes, 27 de junio de 2008

ENAMORADO como un tonto

Está completamente enamorado de mí. No es presunción. Lo sé. En este preciso instante está pendiente de mis movimientos. Me pone nerviosa y a la vez, me rejuvenece, porque, efectivamente, es más joven que yo, cosa que no le importa lo más mínimo, según vengo observando. Es cierto que últimamente sobre todo, le mimo más de lo recomendable y le digo palabras bonitas porque noto que le penetran como agua fresca en pastos resecos. Todos me dicen que estoy loca, que no es normal una relación así. A mí me da igual porque me hace sentir importante, por momentos ¡casi imprescindible! Es maravilloso que te escuchen sin poner pegas y, hasta ahora, todo lo que le pido le parece bien. Lo llevo con naturalidad, no obstante, un poco de secretismo si que aporto, tal vez sería más preciso decir “disimulo”: no puedo exteriorizar públicamente todo lo que siento por él porque no está bien visto. Seguramente decepcionaría a mis seres queridos y a algunos conocidos. Menos a mis padres que ya están curados de espanto, claro.

Mi marido está celoso. También lo noto y tampoco es presunción. Me lo dijo anoche mismo. Me nota diferente y es por esa chispa que brilla en mis ojos y por cómo sonrío últimamente, aunque yo no digo nada, porque no quiero que esta situación cambie ni mi joven pretendiente salga perjudicado.

Ahora mismo sé que su mundo no gira porque estamos separados, se que le provoca dolor y frustración, lo siento tanto por él, pero debo mantenerme firme, me siento responsable y un poquito culpable por haberlo alentado tanto. ¿Acaso nadie se siente tan solo, a veces, que por mucho que grite el bullicio no se apaga a su alrededor y, sólo unos ojos le miran y se vuelca en ellos, porque sólo ellos están pendientes? Sé que hice mal, sé que por eso depende tanto de mi ahora, se que se queja cada vez que le obligo a ser independiente, sólo espero que no sea demasiado tarde.

¡Si vierais cómo me mira! Esa cara de bobo tan deliciosa que elimina tu hartura de vivir, que, inevitablemente, te lleva a compararla con la que tu pareja ya no te dedica jamás porque el fútbol o cualquier elemento inerte que le rodea le llama más la atención que una servidora y que, por eso, me decide a devolverle todo el amor que me presta de tan generosa manera.

Me sigue por la casa, se detiene si me detengo y sestea a mi lado mientras escribo o cocino. Prueba todos mis guisos y no he visto una cara de disgusto ni una mueca de repulsa jamás (sigo comparando…). Si me depilo aprende, si me limo las uñas, acabo limándoselas a él también mientras sus ojos se clavan en mi rostro. Consigue ruborizarme, os lo digo en serio. Noto su relajación cuando estamos solos y cómo se tensa y rivaliza –un punto resignado, eso sí-, cuando aparece por la puerta mi marido. Para que la paz reine en semejantes circunstancias, me desdoblo y atiendo al supuesto cornudo y con los ojos y las manos, cuando me sobran los segundos, satisfago a mi pequeño compensándole esa segunda permanencia en escena.

Pasea a mi lado feliz, incluso se pavonea como cuando los chavales presumen de fuerza o destreza ante un grupo de niñas coquetas. Si le aliento, se crece, a su manera sonríe y parece que el mundo disminuye bajo sus zancadas. Qué decir de su figura esbelta y poderosa, es tan fuerte que no tiene opositor, le gusta hacer deporte y cada tarde corren juntos mi marido y él (no pienso comparar para no hacerle daño a nadie…). Los vecinos comentan aunque lo único que consiguen es aumentar mi orgullo y esa pizca de regodeo malicioso que alcanzamos los que sabemos que nadie nos puede juzgar.

Le adoro, digan lo que digan los demás, no pienso apartarlo de mi vida jamás, y aquí, públicamente anuncio que, si mi marido se enfada me da lo mismo porque el amor con amor se paga.

¡Toma nota! Espero que no me hagas elegir porque me quedo con él, tan atento, tan servicial, daría por mí la vida, no lo dudes, sacaría los colmillos por mí aunque no he visto a nadie que sepa mantener el buen rollo en tan discordantes situaciones como él. Nos ha dado una lección a todos nosotros a pesar de que cuando le conocimos, no apostamos un duro por él. Sí, es bohemio y le gusta andar solo de vez en cuando pero se mantiene fiel a los que le hemos dado la oportunidad de demostrar su valía.

Por todo ello y por tantas cosas más que no tengo tiempo de explicar ahora, será siempre mi amante y mi amigo.











6 comentarios:

Eme Navarro dijo...

¡Que guapo!

Anónimo dijo...

Es mi nuevo amor, yo creo que se ha dado cuenta hace poco, de que me adora, antes era un sieso y un tempanito de hielo y me acaba de descubrir...

Imagine Photographers dijo...

Ja ja, ya me lo venia venir, la verdad es que te roban el corazón, yo tengo dos que estan por el blog y cuando te leia me daba cuenta de que solo los animalitos puden mostrarse así.
Un beso

Eme Navarro dijo...

Me pasan un meme y comprendo perfectamente que no quieras seguirlo, pero he pensado en tí.
Y te ha tocado

http://www.emenavarro.es/archives/159

Unknown dijo...

Te entiendo perfectamente. El mio se llama Golf. Tiene ya diez años,pero esta aqui desde que tenia uno. Que compañia me hizo en los momentos mas duros, como sabe cuando estoy triste o alegre.

Para mi es mi vida ...Un beso. Son una preciosidad

Anónimo dijo...

Imagine Photographers, sí, está claro que un amor así de incondicional me lo tiene que ofrecer un peludo (y no lo digo por los heavies, tribu social que adoro jejeje):D

Eme, ya escribí el Meme, gracias por pensar en mí aunque sea para esto jajaja.

¡Bien por Golf, ya diez tacos! Yo ahora tengo claro quién me da la amistad más incondicional, son siete años casi con Rita (la bóxer) y un año y cuatro meses con "el pequeño", el concepto "perdonar" lo hemos aprendido de ellos, estoy segura. Y lo de vivir el presente como si no hubiese un mañana... ni te cuento.

:D Qué gusto da ver pasar a la gente por mi casa! La próxima vez avisad y pongo un piscolabis, como dice mi madre. :DDD