Mis Elecciones Favoritas

ELECCIONES GENERALES

Bueno, poco que decir, analistas tiene la INmensa MAdre REd como para que me decida a dar hoy el do de pecho políticamente hablando. Sí afirmo que anhelaba la mayoría absoluta de Zapatero imaginando que así se irían a sus desiertos lejanos los aznares, zaplanas, acebes, aguirres y rajoies, pero visto lo visto, reconozco que la gente que no es fundamentalista, ni se aferra a su estampitas para votar, lo tiene claro y es exigente. Zapatero no se merece una mayoría absoluta, Rajoy tiene un electorado desbordado de obediencia militaril y entrenado escuchando con deleite lo que largan en los púlpitos y, además y, para concluir mi diatriba desenfrenada... si te tragas lo de la santísima trinidad, los hilillos de plastelina y la conspiranoia, son un ejercicio de hiperrealismo.

Llamazares tendrá que darse cuenta de que bailar con la izquierda moderada mientras tonteas con los de la Ley de Propiedad Intelectual, no se lo perdonamos algunos internautas (entre otros más, porque el batacazo ha sido tremendo). Lo de la forma de votar, de acuerdo, siempre le quita votos a los mismos, a ver para cuando aprendemos a votar a la persona y a su honradez y no a estas listas interminables de parásitos sociales. Y no lo digo por el abdicado precisamente, que es de los que más curran aunque, si Llamazares no nos ha entendido... Estamos bien fuckidos...

Y poco más, ahora, toca reflexionar (pero ellos), darse cuenta de los fallos cometidos, aligerar el discurso y la demagogia y trabajar codo con codo para que personas como Isaías Carrasco puedan salir a la calle (y regresar) sin miedo a esos delicuentes de baja estofa como son los de la ETA. También le pido al pueblo vasco que sea firme y aisle a los cómplices y se sincere y cante un mea culpa que todos los apoyaremos, mea culpa digo, porque muchos prefieren esconderse y para esto sí que hay que salir del armario y apartar con contundencia a los que a tu lado presumen de ser asesinos. Yo no tengo hermanos, ni padres, ni hijos si después de darme un beso se ocupan de acribillar a balazos, y me da igual el motivo que argumenten.

MENOS MAL QUE ESTABA POR AHÍ RODOLFO CHIKILICUATRE.
¡El chiki chiki se baila así! Uno...

Qué divertido, qué maravilla ver las caras (y gestos) de estupor e hipocresía conteniendo la repulsa. FÍJENSE Y POR FAVOR, QUE ALGUIEN ME HAGA LLEGAR LA CARA IMPAGABLE DE RAFAELA CARRÁ CUANDO LEE QUIÉN HA GANADO FINALMENTE .

Por primera vez, desde que a una rolliza se le salió una teta, he prestado atención al simulacro cutre de concurso éste que llaman Eurovisión. No entiendo la falta de inteligencia, desparpajo, naturalidad y por supuesto, de sentido del humor de los que insultan y se lamentan. Ese concurso, sin la broma de Buenafuente y de David (Rodolfo Ch.), estaría ya metido en la caja dispuesto a ser incinerado (para contaminar menos). Este año, yo, como tantos miles, nos hemos reído y bailado el chiki chiki y asombrado de las caritas de espanto del Uribarri ese y la Carrá. ¿De verdad alguien aún se toma en serio semejante esperpento en que se votan los vecinos de frontera y ningún representante está a la altura del betún?

Qué poco se conoce a los que han votado el chiki chiki, como broma y acto de protesta, para que conservadores nostalgicos y verdaderos casposos, nos quiten de una vez ese pelmazo de encima. Hemos hecho un gasto voluntario de carácter benéfico para que Rodolfo vuele a Belgrado a demostrar que Eurovisión ni siquiera le llega a un clown (con todos mis respetos) a la altura de los zapatos. Me tragué la infumable eliminatoria porque la esperanza estaba puesta -como siempre- en los internautas, en la juventud que me apasiona porque rezuma inteligencia, crítica saludable y mi tan necesitado sentido de la carcajada y la parodia. En estos tiempos en que no nos dejan reir porque la risa despierta neuronas, Rodolfo Chiquilicuatre y los que le han votado me auguran una vejez colorida y diversa. Gracias.

FUERA EUROVISIÓN, si el Tomate se fue, Eurovisión que le siga ....

Y déjennos reir y disfrutar de la vida, constreñidos personajes, anclados en la nostalgia más adocenante que existe aún en la TV.