sábado, 9 de junio de 2007

¿Supervivientes los de T5? ¡JA!

ACTUALIZACIÓN MARTES, 26 DE JUNIO DE 2007 15.OO HORAS:

Este pícaro andaluz ya es nuevo miembro de pleno derecho de nuestra familia. Ni Thor, ni Mariano, el revolucionario de nuestros días se llama Ernesto, aunque los amigos le llamamos CHÉ.

Lo llevábamos a Madrid para entregárselo a una pareja encantadora pero no pudimos hacerlo. Su vivaz inteligencia, su fortaleza comprimida en una carcasa que no llega a los tres meses aún, su intensidad al afrontar las nuevas experiencias de la vida y una Rita que se ha erigido en madre y abogada de pleitos perdidos, nos convencieron de la gran verdad: DONDE COMEN TRES, COMEN CUATRO. ¡Y madre mía lo que comen...!

Pesaba a penas tres kilos cuando llegó el viernes 8 de junio, en estas fechas ya pasa los seis y medio... se resiste a que lo encorseten con arneses y no obstante, prefiere perseguir los talones de tus zapatos, lo que nos indica ligeramente, que no anda el tipo mal atendido.

Mal dormimos la siesta y andamos a saltos con los platos, mientras dos peludos intrépidos juegan de la mañana a la noche demostrándonos que la vida es compartir, lo malo porque se traga mejor entre varios y se hace diminuto y, lo bueno, porque se sublima y engorda como el arroz cuando lo mojas.

Compartid, de verdad, es tan recomendable que quita años de encima y achaques. Compartid risas, canciones, consejos y lágrimas si llega el caso, compartidlo todo que seréis mucho más felices.


Aquí os presento a Mariano (es Thor para los adoptantes -porque aún no tiene un hogar definitivo...- pero a mí me mola más Mariano, es más de la tierra y además, es que -por el morro que tiene-, nos recuerda al Mariano de "Aquí no hay quien viva", el padre "metrosexual" del portero de la finca. Es que me he chupado la serie justo después de que la echasen en la tele, ni siquiera supe de su existencia en su momento... sin anuncios y en sesiones a medida, es lo que tiene el emule), tiene menos de tres meses, pesa menos de cuatro kilos, y a tan corta edad ha pasado por el asesinato de su madre, la supervivencia, apenas abiertos los ojos, junto a sus otros ocho hermanos bajo los escombros de una obra en Montilla (Córdoba), un rescate a fuerza de engaños y comida y dos casas de acogida. Cuando se duerme, llora y siempre quiere estar bajo techo (sillas, mesillas, lo que sea), supongo que porque entre los escombros es donde más seguro se sintió. Es un superviviente nato, disfruta a pleno pulmón de la vida y ya le ha puesto las peras al cuarto a mi mole de 34 kilos. Como te dejes, te taladra con los alfilericos de sus dientes y no para de comer el muy jodío. Quiere calor de hogar pero no le interesan los mimos, prefiere el compadreo, la caña y la juerga.


Rita le recibió como al adolescente -de vuelta de todo-, que le regalan un peluche y no sabe qué hacer con él. Le dejó claro que mandaba ella y que ella era más rápida, más fuerte y cogía las piedras que le tirabamos más deprisa que nadie y, justito después, empezó a medir la valentía del huésped. Como el chavalito respondía con gallardía a sus fingidos ataques asesinos, se dedicó a agotarlo hasta la madrugada... Hoy, ya está harta del sobrino postizo, ella nunca quiso ser madre y ahora le llega un pitufo cuando más dominado tenía el cotarro. El otro la adoptó como madre y hermana mayor, quiere dormir a su lado y comer de su cuenco, no le deja respirar y si le ignora, gruñe, salta, ladra y le muerde la cola de punta blanca, como la suya, que sí, que los dos están rematados en blanco, mira tú que guasa.

El tipo es de esos atractivos, que ocultan su enigmático encanto tras de una apariencia, para muchos, corrientita. Si no sabes mirar, si tus ojos sólo ven logotipos y si no hay marca no te late el corazón, este muchacho te parecerá un chucho, sin más, y tu alma se habrá muerto otro poquito. Si tienes lo que hay que tener, si valoras al personal por la calidad de su risa y la fuerza de su abrazo, si te mola el valor y lo reconoces en los individuos más pequeños, este es tu compañero de andanzas. Despierto, sincero, dispuesto al riesgo y con la risa siempre pronta y la boca dispuesta a engullir una buena cena y tu zapatilla si le das cuartelillo. No le veo como guardián, si no como compañero de caminantes, un desafiante arrojo le invade y se pone al mundo a sus pies porque sólo le queda vida por delante, lo peor, ya ha pasado.

Te admiro, pequeñajo.

No miréis siempre a las cumbres, los héroes se encuentran, muchas veces, bajo los escombros.

1 comentario:

Eme Navarro dijo...

Si que tiene cra de pillo sí, y lo de Thor le viene la pelo también, menudo trueno!! :)